Un pequeño asteroide se desintegró en la atmósfera terrestre sin causar daños, el pasado 4 de septiembre, solo unas horas después de ser detectado. La Agencia Espacial Europea (ESA) confirmó que el objeto de 1 metro de diámetro, denominado 2024 RW1, se quemó a las 16:46 UTC sobre el océano Pacífico occidental, cerca de la isla de Luzón, en Filipinas.
Descubierto por la investigadora Jacqueline Fazekas en el Catalina Sky Survey de Arizona, este asteroide es el noveno en ser identificado antes de su impacto. Según la NASA, el evento fue visible desde la costa este de Filipinas, generando una bola de fuego verde que fue ampliamente compartida en redes sociales.
El sistema de defensa planetaria de la NASA, responsable de rastrear estos objetos, confirmó el impacto mediante múltiples sensores, destacando la creciente importancia de la monitorización de asteroides cercanos a la Tierra. La reciente misión DART de la NASA también ha reforzado estos esfuerzos al demostrar la posibilidad de desviar la trayectoria de un asteroide mediante una colisión intencionada.